La importancia de amarse, reconocerse y aceptarse tal cual somos, es más importante de lo que muchos creen. Algunos pasamos la vida queriendo ser mejores, siempre más y nunca es suficiente, nos exigimos tanto y tanto ¿¿para qué??
Para cumplir expectativas, las expectativas que alguien más nos impuso o nos enseñó y que a su vez se volvieron nuestras. Pero y tanto ¿para qué? A donde se supone que nos debe de llevar esto.
¿Y si nos enfocamos en brillar con lo que somos y nos permitimos ser? Y si entendemos que a la vida hemos venido a aprender y que en eso debemos dedicar buena parte de nuestra energía, en ir más allá de nuestros miedos, de nuestros límites y prejuicios. Y si nos miramos con amor, con respeto, paciencia, empatía y entendemos, de una buena vez, que no podemos dar lo que no tenemos.
Venimos de una generación en la que se premia el sacrificio y el dejarse en último lugar…cuando en realidad nada funciona bien si te dejas al último.
Así que ámate y ámate de veras, de ese amor del bueno, de ese amor profundo, de tal forma que te ames y aceptes tal y como eres, para que así puedas alcanzar tu máximo potencial. Trabaja en ti, aprende todo lo que puedas, exprime al máximo esta experiencia llamada vida, es una gran aventura, una gran misión, un gran reto. Pero por favor, no olvidemos amarnos y ser felices conscientemente, más allá de vivir contentos, vivamos enfrentando la vida con entusiasmo y mucho amor propio.
En la vida nada fácil, pero puede estar llena de satisfacciones e instantes que se convierten en tesoros. Si tan solo pudiéramos ver que todos estamos realmente conectados, que todo el amor y empatía que te des a ti mismo impacta en absolutamente TODOS.
Y cómo dice Óscar Wilde: “Amarse a sí mismo es una aventura que dura toda la vida”
Reflexión de Chantal Aguilar
Coordinadora de Transformación Empresarial en Unidos CDMX