Un espacio entre papás

Oct 23, 2019 | Blog

Cuando Elías nació hace casi 15 años y nos dieron el diagnostico de síndrome de Down, creí que nuestra vida sería muy difícil, triste y solitaria. Creía que nos la pasaríamos en hospitales, que no lograría lo “normal” y que no tendría amigos.

A pesar de todas esas telarañas mentales, lo amaba tanto que quería hacer lo que estuviera en mí para sacarlo adelante, y si de algo estaba segura es que no quería tener un angelito conmigo toda la vida.

Con el paso del tiempo, me di cuenta que ser la mamá de Elías era más fácil de lo que había imaginado, sí, necesitaba extra ayuda, empezamos a conocer familias con hijos con síndrome de Down, aprendimos términos médicos, pero teníamos una vida bastante común, y así fue tomé la decisión de iniciar un blog donde quería compartir que no había sido el fin del mundo, que no había nada que temer y que la vida con un hijo con discapacidad podía ser tan normal como uno quisiera.

EN la imagen vemos al doctor sosteniendo a Elisa, un bebé recién nacido con síndrome de down.

Cuando Elías tenía 6 años, tuvimos a nuestra segunda hija, Eva, quien también tiene síndrome de Down, pero ella llegó de manera distinta, pues decidimos iniciar el proceso de adopción cuando nos enteramos que había una niña de 3 años en el DIF Nuevo León.

Así es, a Eva la adoptamos hace 8 años, y tomar esta decisión no fue a la ligera, porque sabíamos que no era un acto de bondad y como un hijo biológico, sería una gran responsabilidad sacarla adelante, pero nosotros creíamos que ella era la que nos faltaba para completar a nuestra familia y el DIF vio en nosotros lo necesario para ser sus padres.

Eva, de 3 años, con ojos verdes y recargada en una ventana.

Y los días pasan, y esta es nuestra normalidad, ambos están en secundaria, Elías está en 3ero y Eva en 1ero, aunque en diferente turno, ambos van a natación, Elías está en clases de batería y Eva en box. A Elías le gusta su sándwich con aguacate y a Eva con frijoles, ambos disfrutan mucho de ir al cine y de escuchar música, Elías odia escribir y a Eva le encanta, y así podría enlistar cosas en las que son iguales y diferentes, y aunque ambos tengan síndrome de Down, cada uno tiene su personalidad, sus gustos, carácter etc.

¿Es difícil ser mamá de dos chicos con síndrome de Down? No lo creo, tenemos altas y bajas como cualquier otra familia y eso es lo que quiero compartir con ustedes, espero que me acompañen, cada miércoles, aquí en el Blog Unidos.

Elías y Eva, hermanos con síndrome de down, abrazados mientras portan sus camisetas de Unidos.

Eva, Elías y Alicia abrazados.

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