Salud mental y productividad empresarial

Oct 29, 2020 | Blog

Sabías que antes del COVID-19 el porcentaje de trabajadores afectados en su salud mental era de 20% pero ahora la tasa de incidencias está por arriba del 50%.

A lo largo de los años, se ha visto a la salud mental como un tema tabú dentro y fuera de las empresas, sin embargo, gracias a estudios e investigaciones recientes, se ha descubierto que la salud mental es el detonador número uno de la productividad, asegurando que un empleado motivado y bien atendido, multiplicará el doble de esfuerzos que si no la tuviera.

La depresión y la ansiedad suelen ser los dos factores más comunes presentados en un entorno que carece de cultura y clima organizacional, generando pérdidas económicas que ascienden al billón y medio de pesos anuales en una empresa mediana.

Existe una duda frecuente, ¿A quién le corresponde hacerse cargo de la salud mental en una empresa u organización?, ¿al empleado o al empleador? La respuesta es, la salud mental nos compete a todos, si bien la empresa se debe hacer responsable del clima interno, el colaborador tiene que promover conductas alineadas al autocuidado y proactividad.

Los principales riesgos de salud en el trabajo se relacionan con la directiva de funciones y la falta de capacitación o herramientas para llevar a cabo lo establecido, generando niveles de ansiedad y miedo por desconocimiento, también se consideran factores de riesgo el bajo nivel de apoyo a los empleados, el exceso de tiempo laboral y el mobbing, factores que generan depresión por fracaso o rechazo.

La OMS estipula algunas pautas para crear un entorno saludable dentro de la empresa:

  • Proteger la salud mental reduciendo los factores de riesgo relacionados con el trabajo.
  • Promover la salud mental desarrollando los aspectos positivos del trabajo y las cualidades y capacidades del personal.
  • Tratar de solucionar los problemas de salud mental, con independencia de su causa.

La salud mental, hoy más que nunca se ha convertido en el tema más importante en las empresas, considerando que el COVID-19 ha afectado más del 79% de la población mexicana, a través del desempleo, incertidumbre, miedo y la más impactante, la muerte, es por eso que las empresas han jugado un papel importante en esta pandemia, en donde se tienen que adaptar y atender a sus colaboradores, o caer como muchas de las empresas medianas y chicas en el país.

Actualmente los colaboradores se encuentran en un estado de supervivencia, dejando otras necesidades a un lado como el cuidado físico, emocional y social, llevando a la persona a un agotamiento en donde la productividad desciende y la innovación o adaptación se pierde.

Los departamentos de recursos humanos, prevención de riesgos laborales y salud mental, se han tenido que enfrentar a nuevos retos de cuidado, velando por el bienestar de sus empleados a través de programas informativos, de manejo de emociones, duelo, alimentación y balance personal, sin embargo el trabajo no termina ahí, una vez que termine el estado de pandemia, no será fácil el regreso, llevando a los colaboradores a un punto de desconfianza hacia sus superiores y posiblemente ansiedad generalizada, es por eso que el trabajo interno en conjunto no se debe detener, para que la transición sea más amortiguada.

Si bien existen muchos factores de riesgo, los beneficios son mayores, además de que la productividad, calidad y margen de crecimiento profesional incrementan, el ambiente de disfrute y bienestar posicionan a la empresa, los colaboradores tienen mayor respuesta ante la crisis, incrementa la felicidad y plenitud del colaborador que se ve reflejado en el servicio y los resultados internos.

Normalicemos la idea de pedir ayuda, recibirla, capacitarse y tener herramientas para afrontar la crisis, dejemos de tratar a las personas como máquinas y empecemos a tratarlas como humanos, la responsabilidad de cambio y adaptación nos compete a todos, usemos la “nueva normalidad” como catalizador a una cultura de salud y bienestar dentro de las empresas.

Aaron, Astrid y Pamela — Buenos hábitos alimenticios: tarea del día a día