¿Por qué es importante ser conscientes de lo que sucede en la comunidad?
En su publicación, Pobladores y consciencia social, el profesor Franzs Vanderschueren define la consciencia social como “la percepción del conjunto de intereses u objetivos de una sociedad, su capacidad de visualizar la estructura, y que este modelo estructural social sea capaz de cumplir los intereses grupales. Donde un grupo de personas participa activamente como un instrumento de cambio”. Por lo que podemos decir que, es la cooperación entre los miembros de una sociedad, donde estos realizan acciones que los llevarán a transformar las situaciones a las que se enfrentan, y de las cuales obtendrán algún beneficio para su comunidad.
Tener conciencia social nos da las herramientas para tener un pensamiento crítico sobre el entorno en el que nos desarrollamos y sobre nuestro papel para mejorar esos entornos. Nos permite, además, tener conocimiento de problemáticas a una escala global. En la actualidad, se ha creado consciencia sobre problemas mundiales como la pobreza, la hambruna, la marginación, la injustica, la desigualdad, entre otras (ACNUR ,2016).
La importancia de una visión comunitaria radica en propagar el bienestar general y fomentar relaciones cooperativas entre los miembros de la sociedad. El cómo desarrollarla no es un tema fácil, pero podemos encontrar algunos puntos fundamentales para hacerlo:
- Ser parte de un grupo que comparta características y, sobre todo, intereses u objetivos comunes.
- Convivir con los demás miembros de la comunidad y aprender a cooperar para cumplir las metas colectivas.
- Identificar los problemas que existen dentro de la misma comunidad.
- Participar activamente, con acciones y propuestas, en la resolución de conflictos.
Por esto, podemos concluir que la mejor manera de desarrollar esta conciencia es siendo miembros activos de la sociedad, pues tendemos a encerrarnos en una burbuja personal que nos aisla de la realidad y evitamos los problemas que creemos que no nos afectan. Así mismo, es indispensable involucrarnos en proyectos comunitarios, lo cual es benéfico para aprender a convivir con distintos tipos de personas y cooperar usando nuestras diferencias a favor.
El ejemplo más reciente que tenemos es el uso del cubrebocas. Está demostrado que, al utilizar este recurso, reducimos la propagación del COVID-19. El proceso de conciencia es que, como ciudadanos, reconocemos el problema que representa el virus, las vidas que ha tomado y los efectos negativos que ha tenido en la economía. Por consiguiente, identificamos la responsabilidad que tenemos para evitar la propagación de los contagios. Finalmente, tomamos la decisión consciente de seguir las medidas sanitarias, como el uso del cubrebocas y el confinamiento social.
Entendemos así, que todas nuestras acciones (sean grandes o pequeñas) pueden contribuir al mejoramiento de nuestra comunidad. Ser conscientes e involucrarnos en lo que sucede a nuestro alrededor, es un compromiso que debemos asumir para lograr un verdadero cambio social.
Articulo escrito por:
Daphne Pérez, estudiante de la Licenciatura en Mercadotecnia y Comunicación en el Tecnológico de Monterrey.
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