Existen dos artículos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que buscan que las personas con discapacidad participen plenamente en todos los aspectos de la vida en igualdad de condiciones con las demás, asegurando así los diversos aspectos de vida independiente, integración en la comunidad y dignidad. Pero para poder lograr esto, debemos de comenzar con un tema que es esencial para lograrlo: la movilidad personal.
La movilidad personal se refiere a las medidas de apoyo a la persona que favorecen su movimiento y desplazamiento. Ojo, no debe de confundirse con la accesibilidad, la cual se refiere a aquellas medidas dirigidas a facilitar el acceso de las personas al entorno físico. Asi que, la movilidad personal se centra en la persona, mientras la accesibilidad al entorno físico en el que se desenvuelve.
Desde una perspectiva de derechos humanos, la movilidad inclusiva es crucial. No solo garantiza el derecho básico de todas las personas a la libertad de movimiento, sino que facilita la participación en la vida social, cultural y económica de las comunidades. Promoviendo asi la inclusión social y fortaleciendo el tejido social al fomentar la interacción y el intercambio entre diferentes grupos.
La importancia de la movilidad inclusiva radica en su capacidad para garantizar que todas las personas puedan desplazarse de manera segura, eficiente y equitativa dentro de sus comunidades. Este concepto va más allá del simple acceso físico a espacios y servicios; implica crear entornos urbanos y rurales que permitan la participación plena de todos los ciudadanos, sin importar sus capacidades físicas, económicas o sociales. Es aquí donde entra el otro concepto de gran importancia, la accesibilidad, para poder hacer los ajustes razonables y asi, garantizar la movilidad.
Preguntante, ¿cómo es la movilidad en los espacios que comúnmente acudo? ¿Es accesible? ¿Garantizan la movilidad inclusiva considerando la diversidad de cuerpos? Si notas que alguna de tus respuestas no es positiva, es el momento de actuar!
La movilidad inclusiva contribuye directamente a mejorar la calidad de vida de las personas. Al reducir las barreras al acceso a servicios y oportunidades, se fortalece el bienestar individual y colectivo, promoviendo una mayor cohesión social y un sentido de pertenencia en la comunidad.