En un mundo cada vez más indiferente, participar en movimientos que defienden causas sociales es un acto de rebeldía, y contrario a lo que muchos pudieran decir, hoy toca ser rebeldes.
Vamos a partir de la idea de que todos somos movidos por “algo”. La cuestión de si el ser humano es bueno por naturaleza o no, es un debate de nunca acabar. Jean-Jacques Rousseau, creía en la bondad innata del ser humano, Thomas Hobbes, pensaba que la naturaleza del humano era egoísta y violenta, Kant tenía una visión intermedia, creía que la bondad o maldad se manifestaba diferente para cada quién dependiendo de cómo empleaba su libertad y moralidad. Yo te comparto que decido creer en un humano que es bueno por naturaleza y que tiene el poder total de actuar desde esa bondad o de aislarse y enfriar su corazón. ¿Qué te parece si decidimos actuar desde esa bondad? ¿Te imaginas vivir en un mundo sin activistas sociales?
La historia está llena de personas que, a través de sus esfuerzos en pro de causas sociales, lograron grandes cambios en la sociedad. No sabemos si ellos vivieron para verlo o no, pero definitivamente pusieron las primeras piedras para seguir avanzando. A lo que quiero llegar con esto, es que nosotros podemos poner esas primeras piedras, o podemos poner el primer piso, o segundo o tercero de la casa, pero somos parte de esa transformación social que tanto se necesita.
Todos tenemos una historia que nos lleva a tomar diferentes decisiones, no podemos ponernos en un papel de juicio ante por qué los demás sí hacen, o no hacen algo. Así que no pretendo decirte lo que “deberías” hacer, solo fue un clickbait del título, más bien espero que tomes lo siguiente como una invitación a actuar en favor del bien común:)
Causas sociales hay muchas: defensa de los derechos humanos, lucha por la igualdad de género, protección del medio ambiente, inclusión de personas con discapacidad, por mencionar algunas.
Defender causas sociales e involucrarte activamente en movimientos que tengan este objetivo, nutre tu sentido de humanidad y te permite construir lazos con muchas personas, conectar con gente que comparte tus inquietudes y poder “ser” con ellos. La empatía que desarrollas al trabajar en estas causas no solo te hace más consciente del mundo, sino te hace más consciente del mundo pues te da una perspectiva más profunda de tu entorno, y enriquece tu propósito de vida porque le da un sentido mayor a la razón por la que lo haces. ¿A qué me refiero con esto? Déjame ver si puedo explicarlo mejor.
El impacto de tus acciones, a veces puede sentirse como intangible o que pasa desapercibido, pero es todo lo contrario, la suma de esas acciones se siente y suena fuerte. Muchas veces, entre más gente se sume, el sonido es más llamativo, por ello necesitamos más agentes sociales que estén dispuestos a hacer todo el ruido (metáforicamente hablando) que se necesite, a favor de la causa que defienden. Nunca se terminan las posibilidades de ayudar, y puedes encontrar propósito en el otro.
Salte de tu zona de confort, tal vez puedas descubrir grandes cosas. ¿Te has puesto a pensar que la suma de esfuerzos individuales puede llevar a transformaciones colectivas? Desde micro-cambios (que de micro solo tienen el nombre), hasta cambios en las políticas nacionales.
No siempre es fácil, ser agente social te lleva a enfrentarte con retos, pero cada reto te ayuda a crecer y fortalecer tu visión como persona y tu compromiso por hacer cambios positivos.
Las problemáticas sociales no se resolverán por sí solas. Cada voz, cada esfuerzo y cada acción cuenta en la lucha por un mundo más justo. Al involucrarte, te conviertes en una parte activa del cambio que deseas ver, en lugar de ser un espectador pasivo.
En resumen, involucrarte en causas sociales no solo es un acto de rebeldía ante la indiferencia, sino una afirmación de tu compromiso con un mundo mejor.
Si estás leyendo esto y perteneces a Unidos, gracias por estar aquí. Si estás leyendo esto y no perteneces a Unidos, te invito a formar parte de esta asociación que genuinamente transforma vidas de personas con y sin discapacidad, y desde lo más profundo de mi corazón te animo a que te eches un clavado en las causas por las que vale la pena ser rebeldes.