Existen violencias que tenemos bien identificadas, como lo son el machismo, racismo, e incluso la homofobia. Y reconocemos que existen diferentes niveles de violencia, desde un acto extremadamente grave hasta un comentario, que se le llega a conocer como micro-violencia.
Las micro-violencias pueden pasar desapercibidas en cualquier situación y hacia cualquier grupo vulnerable, pues son actos sutiles y que para algunos pasan desapercibidos pues están normalizados. Sin embargo, esto no significa que sean menos, o no, importantes, pues son el primer paso hacia otras actitudes que pueden ir escalando.
En esta ocasión, la discapacidad no se salva de las micro-violencias. Y de hecho estas tienen un nombre muy conocido: el capacitisimo. El capacitsimo es un discurso donde no se reconoce la diversidad de capacidades, sino que estigmatiza a las personas que tienen alguna discapacidad, y ellas quedan reducidas a sus capacidades biológicas, o en su caso, a la ausencia de estas.
Son estas actitudes las que tenemos que, como sociedad, estar resolviendo para poder eliminar los mitos, prejuicios y estereotipos que el discurso evoca.
3 tips para evitar micro-violencias hacia la discapacidad
- Adiós prejuicios. Sabemos que puede llegar a ser casi imposible hacer un prejuicio cuando estas con alguien, es natural. Pero podemos evitar que nuestras actitudes se vean manipuladas por estos. Las personas con discapacidad no son «ángeles» o los «seres más buenos del mundo»; tampoco con «maldad» ni mucho menos «castigo divino». Asi que date la oportunidad de conocerlos primero para poder saber quienes son verdaderamente.
- Háblales normal. Primero trátalos acorde a la edad que corresponde, ¿a poco no te sacaría de onda si siendo un adulto de 34 años te hablan como niño de 8 años? Y segundo, usa un tono de voz natural y de acuerdo con el ambiente que se encuentren, evita hablar lento para no parecer condescendiente.
- Y habla directamente. Si la persona con discapacidad se encuentra con un familiar, amigo o monitor, no te dirijas hacia su acompañante si con quien quieres hablar es con ella misma. Nuevamente, ¿no te sentirías raro si alguien le habla a tu mamá para que te diga algo, todo enfrente de ti?
La violencia no solamente provoca una brecha social con al persona violentada, sino también puede tener consecuencias más trascendentales como la depresión. Por eso, es importante que si en algún momento tu identificas una actitud micro-violenta hacia la discapacidad, alces la voz y la detengas a través del razonamiento. Esa acción, por más pequeña que parezca, marca una diferencia enorme para poder lograr una sociedad más empática, consciente e incluyente.