Mi nombre es Mava y estudio Derecho. Desde que entré a Unidos encontré un nuevo enfoque: la inclusión y la adaptación del mundo para personas con algún tipo de discapacidad.
Tristemente seguimos viviendo en un mundo para personas sin ninguna discapacidad o ninguna complicación. Actualmente siguen siendo pocos los lugares públicos que cuentan con rampas para las PcD física, o espacios especializados para PcD intelectual o psicosocial, ya que no hay ninguna ley que obligue a los espacios públicos y privados a contar con ciertas especificaciones que beneficien a las personas con discapacidad. La mayoría de los docentes no están preparados para educar a personas cuyo cerebro, mente y cuerpo ocurren con una discapacidad. La educación en México es precaria, ya que nunca nos enseñaron a comunicarnos con personas que no pueden hablar o escuchar; no nos enseñan lenguaje de señas, escribir braille. Seguimos escuchando apodos e insultos como “sordito”, “enfermito”, “loquito”, “angelito”, etc., ya que no fue hasta 2010, que México acogió el término “persona con discapacidad” el cual vino a raíz de que se firmará la Convención sobre los Derechos Humanos de las PcD en 2007. Sin embargo, el compromiso no entró en vigor hasta mediados de 2007, es decir, llevamos menos de 20 años tomando en cuenta los derechos básicos de las PcD, provocando que no haya suficientes leyes y propuestas que sigan involucrando y beneficiando a las mismas. Aún con las pocas reformas y leyes que tenemos en México, en la calle seguimos viendo con lástima y curiosidad a ellas; seguimos creyendo que son poquitas personas las que viven con alguna discapacidad.
Por más que estén evolucionado los derechos a las PcD, todavía no se han implementado reformas para que haya juicios especiales para personas sordas, dados en lenguaje de señas; que las sentencias y documentos escritos puedan estar en braille para las personas con discapacidad visual.
Aunque no haya ninguna restricción e impedimento legal para que las PcD voten, las cartillas no vienen en Braille y existe poco apoyo para informar sobre la política en México.
La salud sigue siendo un privilegio, ya que en México el indice de pobreza es de 40% de la población, quienes no tienen acceso a una salud digna, diagnósticos correctos o un acompañamiento de su condición. Algunas PcD físicas no tienen el apoyo del gobierno para poder solventar herramientas básicas como sillas de ruedas, perros guías, o incluso, o terapias, medicamentos.
Es momento de buscar la manera en la que los políticos nos escuchen para realizar leyes y adecuaciones para que el mundo no solo sea de las personas “sanas y normales”, lo cual es incorrecto porque no hay ninguna persona sana ni normal. Es triste saber, que la verdadera discapacidad no es la condición, sino la sociedad al crear barreras que impide que todos nos desenvolvamos de forma independiente y con las mismas oportunidades.
Como mexicana y viajante, he visto que la poca adaptación a las necesidades de TODAS las personas es un problema mundial. Sin embargo, México sigue siendo uno de los países que cuenta con más deficiencias legales, sociales y en infraestructura. Es duro saber que la discapacidad no sea el único reto al que se enfrentan, sino también el de la discriminación, la violencia y la invisibilidad que pueden llegar a vivir. A la fecha, no se cuenta con estadísticas concretas y actualizadas de la violencia que sufren las PcD,
Un abrazo a todas esa familias que luchan cada día con la discriminación y las dificultades que nos ha puesto la sociedad, un abrazo para esas familias que han tenido que dedicar un 200% más para que sus familiares vivan bien dentro de un mundo tan divido cómo este. Hoy, mi enfoque en Derecho es buscar la manera de impulsar leyes y conocimientos para que, por lo menos en un futuro, vivamos verdaderamente unidos y donde ninguna discapacidad física, intelectual, psicosocial, sensorial, auditiva o visual, entre otras, nos limite a vivir en paz.