¿Alguna vez has escuchado sobre las empresas socialmente responsables? Probablemente sí. Desde hace varios años, el término se ha vuelto popular alrededor del mundo, pero desafortunadamente, le hemos dejado toda la responsabilidad a las empresas, cuando debería de ser una responsabilidad compartida. ¿recuerdas la palabra “social”? Todos somos parte de la sociedad y, por la tanto, la responsabilidad es de todos y más el día hoy.
La responsabilidad social y el desarrollo sostenible.
La responsabilidad social y el desarrollo sostenible son dos conceptos que caminan de la mano. ¿En qué consiste este tipo de desarrollo? Este concepto se definió en 1987 y dice que: el desarrollo sostenible consiste en “la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las del futuro. Interesante, ¿no crees? ¿Cuáles pueden ser esas necesidades? Todas: alimentación, cuidado del medio ambiente, desarrollo económico justo, etc.
En este sentido, las empresas pusieron manos a la obra y comenzaron a controlar sus emisiones de carbono, modificar sus procesos, cadenas de suministro, revisar las condiciones laborales de los lugares donde trabajan sus empleados y muchas otras cosas más. ¿Y nosotros? Nosotros comenzamos a hacernos más y más demandantes. “¡Qué reciclen más!”, “¡Que practiquen el comercio justo!”, “¡Boicot a tal empresa por irresponsable!” y hemos comenzado a creer que la responsabilidad social consiste únicamente en comprarle a una empresa socialmente responsable y, déjame decirte, que la realidad es completamente diferente.
Nuestra responsabilidad social y el COVID-19.
Desde hace varias semanas, el mundo ha estado viviendo en estado de alerta debido a la propagación del virus COVID-19, diversos gobiernos del mundo han adoptado medidas tan drásticas como el cierre de fronteras. En nuestro país, se han suspendido las clases y muchas empresas han decidido pedir a sus empleados que trabajen desde casa. Si bien, aún no se ha dictado una cuarentena, no deberíamos de esperar a que la situación lo amerite y aquí es cuando tenemos la gran posibilidad de ejercer nuestra responsabilidad social de manera consciente.
1.- Cuídate y cuida a los demás.
No comprometas tu salud ni la de los demás. Cuida a tus familiares y vecinos del riesgo de contagiarse. Acude al hospital sólo si es necesario. En muchos casos, este virus transcurre sin complicaciones, mucha gente ni siquiera presenta síntomas durante días y, al no sentirse enfermos, salen a la calle, entran en contacto con otros y, sin querer, están ayudando a propagar el virus.
Además, piensa en la gente que, por la naturaleza de su trabajo o condición de vida no tiene la posibilidad de quedarse en casa, como los doctores, periodistas, operadores de transporte público, etcétera. Ayuda a propiciar un ambiente seguro para ellos también.
2.- Juega en equipo.
Bríndale a los demás la oportunidad de preparase bien para la situación. No hagas compras de pánico y mejor administra bien los recursos. Esta es una gran oportunidad para ser más conscientes de no desperdiciar comida, papel higiénico, productos de limpieza, luz, agua, gas, la lista es interminable. No tomes ventaja de la situación, no pongas a los demás en predicamentos. Si todos tenemos acceso los recursos básicos para mantener nuestro cuerpo y espacio en óptimas condiciones propiciamos comunidades más sanas y con menos riesgo de contagio.
3.- Utiliza tu tiempo de manera responsable.
No estamos de vacaciones. Si tu empresa o escuela te dio la oportunidad de trabajar desde casa, aprovéchala, utiliza bien tu tiempo y verás que, tendrás varias horas extra que podrás aprovechar para convivir con tu familia, aprender una nueva habilidad, leer algún libro, hacer ejercicio, estudiar para ese examen importante que vendrá cuando regreses a clases, etcétera.
El fin último de la responsabilidad social es cuidarnos entre todos, velar por nuestra seguridad colectiva, pero para lograrlo, debemos desprendernos del egoísmo y preocuparnos por las personas con quienes coexistimos. Hoy tenemos una gran oportunidad para hacerlo y demostrar que podemos hacerle frente a esto y más.
Si presentas algún síntoma: primero te recomendamos consultar la información oficial en la pagina de la OMS, la puedes consultar haciendo click aquí. No te alarmes, espera y monitorea la evolución de tu cuadro.