¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que impulsa a tus hijos a tomar decisiones? ¿Qué es lo que determina su personalidad? La respuesta es muy sencilla: son las emociones; alegría, tristeza, ira, miedo, disgusto y sorpresa. Existen emociones positivas y negativas, las primeras tienen que ver con el bienestar de las personas mientras que las negativas se asocian con el malestar; sin embargo, todas son necesarias para poder adaptarnos a los cambios. Sin lugar a duda, las emociones determinan el comportamiento y los pensamientos, no se pueden evitar, pero es posible enseñarles a los hijos a controlarlas para reaccionar mejor ante ciertos escenarios.
Antes de conocer la fórmula secreta para que sus hijos puedan controlar las emociones, es importante que conozcas un poco sobre cada una de las 6 emociones universales.
Alegría: Se caracteriza por generar una emoción agradable y placentera. Esta relacionada con el bienestar y el gozo, ayuda a querer tomar acción. Es una de las emociones dominantes en los niños y fomentarla es fundamental para su desarrollo.
Tristeza: Comúnmente nace de un sentimiento de pérdida, ya sea de alguna persona o algún objeto de valor. Experiencias que impulsan a los niños a pedir ayuda.
Ira: Sensación de enojo que se origina por una situación que no sale como tu esperabas. Te incita a resolver un conflicto. La ira es una de las emociones más difíciles de controlar, no solo para los niños, también para los adultos.
Miedo: La siguiente emoción trata de dar una respuesta ante el peligro de manera precavida, en pocas palabras te ayuda a sobrevivir. El miedo puede ser un arma de doble filo, ya que no es bueno en exceso, pero tampoco es ideal carecer completamente de él.
Disgusto: La última emoción consta en sentir desagrado en cuanto a algo o alguien. Nos impulsa a alejarnos.
Sorpresa: Es el generar asombro por algo inesperado, de poca duración la cual después se deriva al pasar a otra emoción.
Ahora que sabes en que consisten las emociones, aquí tienes algunas estrategias que puedes aplicar para que los niños logren controlar sus emociones.
- Aceptar las emociones.
Aunque el comportamiento de tu hijo no sea el mejor debes dejarlo expresarse mediante el uso de sus emociones, siempre y cuando no ocurra alguna situación peligrosa como lastimar a alguna persona o romper algún objeto. No dejes que reprima lo que siente ya que en un futuro se volverá una carga emocional.
- No tomar la ira como algo personal.
Los niños no son como los adultos, no tienen las herramientas necesarias para comprender sus sentimientos ya que están en constante desarrollo. Sus sentimientos pueden ser confusos. ¿Cómo podemos ayudarlos? Enseñándolos a calmar la tormenta en ellos. Esto se puede lograr a través de ejercicios de respiración o meditaciones guiadas. Es muy importante ser empáticos con los niños, por más simples, frustrantes o inocentes que puedan ser sus experiencias.
- Permitir vivir las emociones.
A su edad el saber comunicarse y reconocer emociones propias y ajenas son, sin duda, imprescindibles para que vayan madurando poco a poco y alcancen una solvencia adecuada para integrarse en la sociedad y ser felices en ella. Nosotros podemos darles esa oportunidad a través de la educación en inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es imprescindible para el desarrollo de los niños, es importante que aprendan a controlar sus sentimientos, gestionarlos y expresarse de la mejor manera posible. Esperamos que este artículo te haya ayudado a encontrar nuevas formas de ayudar a los niños de tu círculo cercano a tener mejor control sobre ellos mismos y el mundo que los rodea.
Redacción: Staff