¿Qué entendemos por “discapacidad”? Vivimos en pleno siglo XXI y es sorprendente ver cómo, día tras día, nos seguimos encontrando con concepciones erróneas sobre la discapacidad. En muchas ocasiones pensamos que la discapacidad es el simple impedimento físico para poder realizar una o varias tareas de la misma forma que “todo el mundo lo hace” y, sin embargo, estamos limitando de manera considerable los alcances que las acciones del resto de la población (que no tiene discapacidad) tienen y cómo el resultado de estas juega un papel muy importante en esta ecuación.
La Organización Mundial del Salud (OMS) define a la discapacidad de la siguiente manera:
La discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive.
¿Qué quiere decir esto? Que la discapacidad es el resultado de una interacción entrena persona y su entorno. Para entenderlo mejor podríamos dividir esta ecuación en tres factores:
- Las limitantes del organismo humano. Estas se pueden englobar en diferentes grupos, físicas o de motricidad, intelectuales, sensoriales, entre otros.
- El entorno físico a nuestro al rededor. Es decir, los espacios públicos. Calles, parques, edificios, medios de transporte, etcétera.
- Las actitudes que la sociedad impone hacia las personas con discapacidad. Pueden ser positivas o negativas, dependiendo de la persona y el contexto.
Cuando estos tres factores de combinan, pueden dar como resultado que una persona con discapacidad pueda, o no, desarrollarse en igualdad de condiciones al resto de la población sin discapacidad. Podemos poner algunos ejemplos:
- Si una persona con discapacidad se encuentra en un espacio que no es accesible (sin rampas de acceso, sin señalética en braille o cualquier otro apoyo físico de accesibilidad) y aparte de ello, se enfrente a una sociedad que las discrimina o no está capacitada para brindarle apoyo en ningún sentido. La discapacidad de esa persona será evidente y su desarrollo será casi imposible, ya que ninguno de los factores le favorecen para poder llevarlo a cabo.
- Por el otro lado, si una persona con discapacidad se encuentra en un espacio donde tampoco existen apoyos de accesibilidad, pero, a diferencia del ejemplo anterior, la sociedad está abierta y preparada para brindarle apoyos cuando sean necesarios, hay una probabilidad mayor de que esa persona pueda desarrollarse con menores complicaciones.
- Ahora imagina a una persona con discapacidad en un lugar donde los espacios públicos son accesibles y la sociedad es incluyente. ¡Exacto! Su desarrollo se dará de manera favorable y, probablemente, en muchas ocasiones, sus limitantes físicas pasarán desapercibidas.
Como te puedes dar cuenta, la discapacidad no está definida por lo que nuestro cuerpo nos permite o no nos permite hacer. Muchas veces, la limitante más grande la ponemos nosotros, como sociedad, al no crear espacios ni brindar las oportunidades suficientes para que todos podamos crecer, disfrutar y vivir de la misma forma.
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