Muchas veces escuchamos hablar sobre los valores en muchos lugares. La escuela, la familia, el trabajo, todos tienen su propio conjunto, algunos compartirán un o dos pero, en general, la mayoría serán distintos; sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar cuáles son los nuestros. Los propios, los que nos dan identidad y rigen nuestra forma de vida. Definirlos es muy sencillo y todo tiene que ver con conocernos, saber identificar qué es importante para cada uno y aprender a priorizar qué cosas tienen mayor prioridad. Si te sientes un poco perdido, el día de hoy te ayudaremos a definir tu propio conjunto de valores.
1.- ¿Qué te duele? Para definir nuestros ideales, tenemos que darnos cuenta cuáles son esas cosas que hacen que el corazón se nos apachurre. Saber identificar cómo está dirigida nuestra sensibilidad es clave para saber qué cosas son tan importantes para nosotros que pueden hacer que nos sintamos tristes, enojados o indignados. Puedes comenzar de manera general y luego pasar a lo particular. Es decir, identificar problemáticas comunes de las que todos padecemos (como la corrupción, la desigualdad, el cambio climático) y luego analizar qué cosas te afectan en lo personal (que las personas te mientan, que no te incluyan en los planes, que sean impuntuales, etcétera).
2.- ¿En dónde caben todos los puntos de esa lista? Una vez que haya identificado todas esas cosas que te duelen, necesitamos hacer una lista de la mayor cantidad de valores que se te puedan ocurrir. Amor, amistad, honestidad, puntualidad, respeto, trabajo en equipo, autenticidad, valentía, inclusión, empatía… hay un sinfín de ellos. Una vez que tengas la lista completa, intenta identificar dónde cabe cada una de las cosas de la lista anterior. Algunos podrán encontrar en 2 o más valores y está bien, el objetivo de esto es ver en qué valor hay más elementos al final del ejercicio. Tal vez para alguna persona hayan 3 cosas en «amor» y ninguna en «valentía» y para otros haya 3 en «valentía» y ninguna en «amor». Es normal y está bien, al fin y al cabo, todos somos distintos gracias a nuestras experiencias y nuestra personalidad.
3.- Priorizar. ¿Ya tienes los resultados de las dos listas anteriores? Ahora hay una lista corta con los 10 valores que más se hayan repetido y elige los 5 más importantes para ti. Una forma fácil de priorizar es ordenando de mayor a menor, conforme la cantidad de veces que cada valor se haya repetido. Otra un poco más complicada es olvidándote del número y analizando cuáles, desde tu perspectiva son más importantes que otros. Esto no quiere decir que dejara dentro a unos y fuera a los demás, lo que estamos haciendo es definir el nivel de importancia que tendrán en tu vida. Es decir, si tu valor más recurrente fue la honestidad, lo ideal sería intentar vivir siempre al margen de ese valor y complementarlo con los otros 4 valores conforme las oportunidades se vayan presentando.
¿Por qué es importante tener un set de valores y vivirlo? Porque nos ayuda a seguir creciendo como personas y desarrolla nuestra capacidad de auto-gobierno. Probablemente tendrás dificultad de para aplicar un valor en específico en ciertos momentos o con ciertas personas, pero tú tienes el poder de decidir llevar a la práctica, o no, tu set de valores. Tener nuestros propios valores, significa ponernos nuestras propias reglas y ser capaces de decidir si las rompemos o no. Para los niños, es fundamental desarrollarlo a una edad temprana para que sean conscientes de qué cosas son importantes para ellos y su comunidad. De esta manera, pueden comenzar a desarrollar virtudes, y sobre todo, una mentalidad colectiva desde muy pequeños.
Te invitamos a realizar esta actividad, ya sea de manera individual o en grupo y comenzar a llevar tus valores a la práctica.
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