¡Aprender Braille es fácil! El chiste tener el compromiso y las ganas de hacerlo y compartirlo.
Desde muy pequeña, en tercero de preescolar, comencé a aprender el sistema Braille con el apoyo de mis maestros, ya que ellos me hacían todas las letras realzadas. Al mismo tiempo, fuera de la escuela, tenía mis clases para mejorar y terminar de aprender el sistema Braille. Toda la primaria me sirvió saberlo para leer libros de matemáticas y español que ya venían transcritos, lo cual me facilitó la existencia; en la secundaria aprendí lo que es la taquigrafía en braille y me sirvió para realizar las tareas que posteriormente escriba en la máquina de escribir, haciéndome sentir muy contenta ya que estaba logrando tener una habilidad que no creía tener por mi discapacidad.
En la prepa y la universidad estuve sacando mis testimonios y estudios en el sistema Braille. Debido a la necesidad que yo veía en las personas con discapacidad visual, decidí dedicarme a esto y comencé a dar cursos de Braille a partir de 1995 a maestros de educación regular, maestros de educación primaria y, actualmente, cursos para personas con discapacidad visual, para que ellos también puedan escribir y leer con el sistema Braille. Hoy, de acuerdo con al Ley Federal de Inclusión para Discapacidad, debemos comenzar a utilizar el Sistema Braille como lengua alternativa para la comunicación, considerándolo especialmente en las escuelas de manera obligatoria, capacitando a docentes y generando conciencia.
Saber y conocer Braille me ha servido toda mi vida, porque tanto en elevadores, medicinas (de acuerdo con lo que la Ley Marca) y en algunos menús en los restaurantes, ya tengo la oportunidad de leerlos al venir escritos en Braille. Agradezco a esas personas que logran la inclusión de personas con discapacidad de manera correcta, ya que nos hacen un poco más fácil la vida y nos da gusto sentirnos incluidos
A pesar de que los avances en inclusión continúan, me gustaría recalcar que necesitamos no retirar la mirada y continuar. En algunas ciudades ya existen calles nombradas en Braille pero aun necesitamos otros esfuerzos que nos permitan seguir moviéndonos libremente, como mapas y guías turísticas en Braille; otros esfuerzos que nos permitan aprender, como más libros en Braille para poder leerlos; entre otras cosas.
Estoy muy feliz de que a través de mi discapacidad pueda lograr compartir estas necesidades con los demás y ver como tienen las ganas de aprender para que la sociedad y la discapacidad no sea una limitante para nosotros.
María Concepción Tovar Lugo