5 lecciones de Kobe Bryant para ser un agente de cambio

Ene 27, 2020 | Blog

Kobe Bryant fue, sin duda alguna, uno de los deportistas más inspiradores de los últimos años. Era poseedor de un gran talento para jugar básquetbol, aunque también, de uno muy grande para cambiar la forma de pensar de la gente. Y lo sabía. Tal vez, eso fue lo que lo hizo tan grande, saber que su ejemplo trascendía más allá de la duela. Hoy, en el Blog Unidos, queremos rendirle un pequeño homenaje a un gran ser humano.

Lección 1: encuentra tu pasión y disfrutarás cada día de tu vida.

En alguna ocasión, durante una entrevista en la que fue cuestionado sobre sus años de novato, Kobe habló sobre la impresión que le causaba el bajo nivel de compromiso que algunos jugadores profesionales de la NBA mostraban durante esos mismos años. Él, recordó haber dedicado incontables horas a mejorar sus habilidades y su condición física. “Ahora le dicen trabajar duro…” comentó de manera irónica, haciendo referencia a que el básquetbol, realmente era una pasión para él. Era capaz de encontrar plenitud en el solo hecho de entrenar previo a un partido y, por eso mismo, nunca sintió su “trabajo” como un trabajo. ¿Qué es eso que te apasiona?

Lección 2: la actitud es el mejor ingrediente del éxito.

Otra de las grandes leyendas del básquetbol, sino es que la más grande, Michael Jordan, constantemente hablaba de la excelencia total de Kobe como basquetbolista. Una de las virtudes más importantes que Jordan siempre le reconoció, era su actitud. La cual, según el propio Michael, fue parte fundamental para lograr el éxito en su carrera. Más allá de su extraordinaria habilidad en el deporte, hay que darle crédito a su ética profesional en la victoria y en la derrota, que, sin duda, merece y debe ser imitada. ¿Cuál es tu actitud ante la vida?

Lección 3: los errores son los mejores maestros.

Era el año 2008 y las finales de las NBA tuvieron como protagonistas a los Lakers de Los Ángeles de Kobe Bryant contra los Celtics de Boston de Paul Pierce. Dos de los mejores equipos de aquella década. El resultado, después de 6 juegos, fue un campeonato para los de Boston.

Lejos de dejarse llevar por el sentimiento de fracaso, Kobe y sus compañeros pusieron especial atención en todos los errores que habían cometido durante esos 6 partidos y se comprometieron a trabajar en ellos. ¿El resultado de esto? Los Lakers ganaron el campeonato en 2009 contra el Orlando Magic y también en 2010, ¿adivinas contra quien? Así es, contra los Celtics de Boston. ¿Cómo lidias tú con el fracaso?

Lección 4: redefinir tus objetivos te pone de nuevo en la jugada.

Pregúntale a una persona que ha hecho el mismo trabajo durante 20 años, ¿cuánta emoción le genera el levantarse para llegar a su oficina cada día? Probablemente, la respuesta será: muy poca. Tal vez ese trabajo ya no le representa ningún reto e, incluso, hasta le resultará aburrido. No para Kobe. Siendo el amante del basquetbol como lo era, sumado a su incansable mentalidad competitiva, nunca dejó de ponerse nuevos objetivos que le ayudaran a recargar su amor por el juego más y más cada temporada. Siempre había un reto nuevo para él. Desde ser titular, durante sus años de novato, hasta practicar para ganar el Slam Dunk, el concurso de habilidades para estrellas de la NBA. Desde competir por ser campeón de la liga, hasta conseguir ser el líder anotador. Desde acoplarse a nuevos compañeros cada temporada, hasta recuperarse de lesiones que normalmente retirarían a un jugador de basquetbol de manera prematura. Kobe nunca dejó que el básquetbol perdiera el encanto y la sensación de desafío. ¿Qué haces tú para no perder el interés y la pasión en eso que te mueve?

Lección 5: el más exitoso no es el más fuerte ni el más rápido, sino el que mejor se adapta.

El básquetbol ha evolucionado con los años y Kobe tuvo la capacidad para hacerlo, tanto con el juego como con sus capacidades físicas. Kobe de los 90’s, 2000’s y posterior al 2010 es un jugador completamente distinto. Al principio, el joven Kobe era un cúmulo de energía, lleno de agresividad positiva y espectacularidad. En sus mejores años, se concentró en mejorar su técnica de tiro, la cuál perfeccionó al punto de lograr su juego de 81 puntos, el segundo mejor record en la historia; así como su intensidad defensiva, que le valió ser incluido varías veces en los equipos defensivos de All-NBA. Su adaptabilidad, sobre todas las cosas, fue lo que lo hizo permanecer en el nivel mas alto durante tanto tiempo. ¿Qué tanto aceptas y tratas de adaptarte a nuevas circunstancias?

Kobe, como basquetbolista fue extraordinario, pero como ser humano fue mucho mejor. Fue un gran maestro que nos enseñó que cuando las cosas se hacen con pasión, el éxito está prácticamente garantizado; sin embargo, el trabajo es muy importante. Tan importante como saber analizar ¿dónde estamos?, ¿qué errores hemos cometido y cómo podemos convertirlos en escalones para lograr cosas grandes? Kobe demostró que se puede ser ejemplar dentro y fuera de la cancha; y lo seguirá haciendo a través de sus grandes lecciones y su fundación, ¿a poco creías que sólo era un agente de cambio dentro del deporte?

Estas lecciones son un recordatorio de que todos tenemos la capacidad de realizar cosas grandes si buscamos los necesario dentro de nosotros, por ello, te invitamos a analizar cómo puedes aplicarlas en tu cotidianidad, ¿qué cosas ya estás haciendo y cuáles te gustaría aplicar?

Por último, queremos compartir contigo un poema que Kobe Bryant le escribió a su deporte favorito poco antes de retirarse. Esperamos que lo disfrutes.

«Querido baloncesto,» 

Desde el momento en el que empecé a ponerme los calcetines de jugar de mi padre, disparando mi imaginación con tiros ganadores en el Great Western Forum, supe que una cosa era verdad: quedé enamorado de ti.

Un amor muy profundo al que le entregué todo, desde mi mente y mi cuerpo hasta el alma y el espíritu.

 Siendo un niño de seis años, profundamente enamorado de ti, nunca vi el final del túnel, solo me veía a mí mismo corriendo para salir de uno.

 Y corrí, corrí hacia arriba y abajo de cada cancha, después de cada balón perdido, por ti. Exigiste mi empuje, te di mi corazón, porque eso vino con mucho más.

 Atravesé el sudor y el dolor, no porque el desafío me llamase, sino porque TÚ me llamaste. Hice todo por TI, porque eso es lo que tú haces cuando alguien te hace sentir tan vivo como tú me has hecho sentir.

 Concediste a un pequeño niño de seis años su sueño Laker, y siempre te amaré por ello. Pero no puedo amarte de manera tan obsesiva por mucho más tiempo. Esta temporada es lo último que tengo que dar. Mi corazón puede atajar los golpes, mi mente puede lidiar con la dura rutina, pero mi cuerpo sabe que es tiempo de decir adiós.

 Y eso está bien. Estoy listo para dejarte ir. Quiero que lo sepas para que ambos podamos saborear cada momento que dejamos juntos. Los buenos y los malos. Nos hemos dado todo lo que tenemos mutuamente.

 Y los dos sabemos que no importa lo que haga después, siempre seré ese niño con los calcetines y cubos de basura en la esquina: “05 segundos en el reloj, balón en mis manos 5… 4… 3… 2… 1”

 Siempre te amaré,

 Kobe».